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Lo más que se puede decir de cualquier criatura es que cumplió el propósito para el cual Dios la creó. -A. W. Tozer
- ¿Qué te impide ser todo lo que Dios quiere que seas?
- ¿Sigues aferrado a tus pecados pasados?
- ¿Te persiguen los recuerdos de tus fracasos espirituales?
- ¿O tal vez quieres mantener el control y no convertirte en uno de esos cristianos fanáticos?
Dile al diablo: ¡Escrito está!
A. W. Tozer afirma que: Uno de los trucos más antiguos y preferidos del diablo es desanimar a los santos, haciendo que piensen en lo que fueron. En efecto, Satanás -durante mucho tiempo- ha estado en eso de intimidar y engañar al pueblo de Dios. El propio Tozer sufrió el ataque del diablo mientras preparaba los sermones que recopilados en este libro.
Sin embargo, a medida que avanzamos hacia la madurez en Cristo, nos armamos con una gran fuerza para enfrentarnos al gran adversario. Podemos plantarle cara al diablo y gritarle:
¡Soy hijo de Dios! No toleraré más tus ataques. Te recuerdo que el perdón y la purificación que he recibido gratuitamente vienen de Jesucristo.
Puedes responderle al diablo, pero ¿lo harás?
- ¿Qué te impide ser todo lo que Dios quiere que seas?
- ¿Sigues aferrado a tus pecados pasados?
- ¿Te persiguen los recuerdos de tus fracasos espirituales?
- ¿O tal vez quieres mantener el control y no convertirte en uno de esos cristianos fanáticos?
Dile al diablo: ¡Escrito está!
A. W. Tozer afirma que: Uno de los trucos más antiguos y preferidos del diablo es desanimar a los santos, haciendo que piensen en lo que fueron. En efecto, Satanás -durante mucho tiempo- ha estado en eso de intimidar y engañar al pueblo de Dios. El propio Tozer sufrió el ataque del diablo mientras preparaba los sermones que recopilados en este libro.
Sin embargo, a medida que avanzamos hacia la madurez en Cristo, nos armamos con una gran fuerza para enfrentarnos al gran adversario. Podemos plantarle cara al diablo y gritarle:
¡Soy hijo de Dios! No toleraré más tus ataques. Te recuerdo que el perdón y la purificación que he recibido gratuitamente vienen de Jesucristo.
Puedes responderle al diablo, pero ¿lo harás?