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Hace muchos aos, en un discurso de primera piedra, don Mariano Puga expres que los chilenos suelen rezagarse y desmentir su pasado precisamente porque tienen laureles sobre qu dormirse. Esta frase feliz cobra vigencia en la actualidad e induce a filosofar acerca de la causa o causas del peculiar fenmeno. Aparte la mala memoria colectiva, defecto incurable de nuestra idiosincrasia, tal vez cuente el que hicimos hace ochenta aos de historia ejemplar en Amrica y acabamos por acostumbrarnos.Nuestros grandes episodios, nuestros diamantes militares y cvicos han llegado a parecernos tan naturales como si hubiesen sido sucesos cotidianos. A veces pienso en la veneracin profunda y exaltada que en Argentina profesan a sus prohombres, entre ellos el seor Sarmiento, personaje que jams podra compararse con Vicua Mackenna como escritor y tribuno ni con Barros Arana como historiador y educador.A qu altura no habran encumbrado a estos dos compatriotas de haber nacido allende la Cordillera! De igual modo, un Portales argentino o brasileo sera considerado un superhombre, y qu decir de un Montt, un Prat o un Balmaceda. Otros pueblos agigantan a sus prceres; el nuestro tiende a reducir a los suyos con ligereza inconcebible, o a olvidarlos, como si le incomodasen.Concretndonos a los fastos blicos, vemos que a ninguna nacin americana han respondido mejor su Marina y su Ejrcito cuando la patria estaba en peligro. Tradicin rectilnea en un pueblo no militarista y que invariablemente se bati en condiciones de inferioridad numrica y econmica. Hasta sus derrotas son electrizantes y decisivas: Rancagua, Tarapac, Iquique, La Concepcin.Y algunas de las victorias pertenecen a la categora de las llamadas imposibles, como la toma de los castillos de Valdivia y la captura de la Esmeralda, el ataque a Panam por la Rosa de los Andes y la travesa del Istmo hasta el Atlntico con uno de sus botes llevado en hombros; la captura del Aquiles en la isla Guam, Micronesia, y la triple captura en el Callao, sin gasto de plvora, ejecutadas por ngulo; el combate del Pan de Azcar de Yungay, la destruccin de un blindado por una goleta de madera en Punta Gruesa, el desembarco en Pisagua, la batalla en el arenal de Tacna y la toma del Morro de Arica.